sábado, 3 de marzo de 2012

Capítulo 8: ¡Muéstrame como soy!

¿14? No... 24, 24 veces me había dicho Alois “¡Déjame mostrarte tal y como eres!”
Está obsesionado con que le enseñe a la gente cómo soy realmente. Incluso me ha enseñado varios folletos de tiendas de ropa y de peluquerías a las que podría ir, pero sinceramente, ¿para qué quiero que la gente me vea? ¿Para que se vuelva a burlar de mí? No, no quiero que lo vuelvan a hacer, y menos ahora que hay una persona que me importa lo que piense. Por eso, cuando estábamos en clase hablando de cuántos idiomas sabía, aún teniendo a Alois tan cerca de mí, me era imposible sentirme a gusto con Soubi a mi lado, porque era evidente que me estaba ignorando, y aunque Alois tratara de confortarme con sus brazos, seguía prefiriendo los de Soubi mil veces más.
Tenía que arreglar aquello. ¿Primero me acosa, luego pasa de mí, después me hace eso en la clase y al final vuelve a ser indiferente? Tenía que preguntarle por qué hacía esas cosas, si había un motivo detrás de todo aquello y, si realmente lo había, saber si era el mismo que el mío: amor. Pues me resultaba extremadamente difícil de creer que me tratara así. Por eso, en cuanto vi que Soubi salía de la clase, unos segundos después puse una excusa como que tenía que ir al baño o que me habían pedido unos recados, la cuestión es que quería estar a solas con él y poder preguntarle.
Pero olvidé que era mucho más rápido que yo, que se conocía la escuela mejor que yo y que no sabía que dirección había tomado, así que estuve dando vueltas un buen rato, hasta que al cruzar una esquina, lo vi. Inconscientemente fui hacia él, pero al comprobar que ya estaba hablando con alguien más, frené en seco y como un acto reflejo, me escondí en la parte de la esquina en la que no me podían ver. Pensé en irme y dejarlo para otro momento, pero una risa me detuvo. La persona con la que estaba hablando Soubi era una chica. ¿Y? ¿Es que todas las chicas eran mis enemigas ahora sólo porque hablaran con él? Era una tontería, pero realmente quise saber qué era lo que decían.
Asomé un poco mi cabeza y casi pego un grito al observar a una belleza como aquella: esbelta con el pelo largo y castaño, con un recogido muy elaborado que le hacía la cara más ovalada. La piel pálida y los labios rosados, pestañas largas y voluminosas y tremendamente hermosa además de alegre. Lo opuesto a mí. Pero lo que de verdad dolía era ver como Soubi correspondía a sus coqueteos con sonrisas y miradas seductoras.

-Hacía tiempo que no me invitabas a tu casa -su voz también era hermosa.

“Tu casa”. Osea que ya había estado allí antes, varias veces, en cambio yo lo único que tenía era un tocamiento apresurado en el pupitre de un desconocido. Eso dolía.

-Es verdad, mi cama te echa de menos, y yo también.

Pero aquello dolía más. Ver como Soubi cogía a esa chica por la cintura acercándola cada vez más y más, lenta y sensualmente hasta que …
Eché a correr, no podía ver aquello, y no podía dejar que Soubi me descubriera espiándole mientras lloraba, eso sería penoso.
Llegué a clase con los ojos enrojecidos a causa de que aún tenía ganas de llorar, agradeciendo que las gafas taparan parte de mi rostro y que las lágrimas que escurrían por mis mejillas pasaran desapercibidas. Agarré a Alois por el brazo y lo saqué fuera de clase: la primera y no la última vez que haría pellas aquel año. No podía soportar quedarme por más tiempo en el edificio donde Soubi se estaba besando con otra persona, planeando otro encuentro en su casa, para continuar recorriendo sus cuerpos con los ajenos.

-¡Oye,oye! ¿Se puede saber qué demonios te pasa? -preguntó Alois intentando frenarme, pero no se lo consentí y seguí tirando de él hasta que llegamos a las puertas del instituto.
-¡Ciel! -volvió a gritar. Paré en seco y lo agarré por los hombros, me quité las gafas y, aún con lágrimas en los ojos, expulsé en una sola mirada toda la rabia, el odio y la furia que había hecho crecer en mí el beso de Soubi con aquella persona.
-Alois, muéstrame tal y como soy.



POV de Soubi.

-Para, para … No puedo -le dije a Sakura a tan sólo unos milímetro de mi boca.
-¿En serio? ¿TÚ le estás diciendo a unos labios que NO? ¿...estás enamorado de alguien? -preguntó casi incrédula. Pero yo mismo me había ganado esa reputación de mujeriego. El típico hombre que le da igual la persona con quien se vaya a acostar mientras le de placer, hombre o mujer, mayor o joven, virgen o experto. Para mí todos eran iguales... hasta que llegó él.
-... Por extraño que parezca... creo que sí -admití avergonzado.
-... pobrecito del que te hayas enamorado... lo vas a hacer sufrir mucho.
-Tampoco soy tan malo -me defendí ofendido.
-Es que tú mismo no ves cómo eres, pero realmente deberías tener cuidado si no quieres lastimarle. Puedes hacer mucho daño sin darte cuenta.
-Exageras.
-Soubi -se puso seria-, no exagero, y lo sabes. … Pero me alegro mucho por ti, ya era hora de que encontraras a alguien. Pero no te perdonaré que me hayas llamado para nada, deberás pagar las consecuencias.
-Argh, las malditas consecuencias... Está bien -dije mostrándole mi cara-,adelante pero no muy fuerte por favor.
-Tranquilo, no te dolerá, ya estás inmunizado -respondió con una sonrisa antes de soltarme una sonora bofetada.
-¿Suficiente? -pregunté tocando la mejilla que había recibido el impacto.
-Sip. Bueno, me voy a ver que está haciendo Sawada-san. ¡Ciao~♥!

Me rompe el corazón. Me pone celoso. Me hace impotente frente a otras personas que no sea él. … Por favor, que lo siguiente no sea convertirme en su esclavo.
Me apoyé en el marco de la ventana y me di cuenta que, desde que apareció en mi vida, cada vez que había besado o tocado a alguien, en mi mente sólo estaba su rostro, el de nadie más. Tenía que hablar con él, decirle lo que sentía, y aunque estuviese con Alois, luchar por la única esperanza que tenía de estar con él. Aunque fuera mínima, debía de existir alguna.
Pero todo el valor que reuní para decirle todo el amor que él había metido en mi corazón, se evaporó en cuanto lo vi correr con Alois fuera del colegio. ¿Pellas? ¿Con Alois? Ellos dos solos.
¡MALDITO CRÍO!
Cuando me quise dar cuenta, ya había roto la ventana.

3 comentarios:

  1. O.O! Cuando me quise dar cuenta ya habia roto la ventana ahahahahaha dios! Oye tiiiiiio todos son mal entendidos:( Pobrecitos si se quieren jodeeeeeeer que se besen que se beeseeen! Espero el siguiente ^^

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    Respuestas
    1. jajajajajajajajaja!!!
      pues claro, cuantos mas malentendidos mas interesante, a q si?
      jajajaja!
      ok, en seguida publico ;)

      P.D.: tengo una foto de alois con la q vas a flipar, Neko sabe de lo q hablo xDDD

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  2. vioooooooooooooooooooooooooooooladoreeeeeeeeeeeeeeeeees!! :DD ME ENCANTAN!! TODOS Y CADA UNO DE ELLOS!! SE PODRIA DECIR QUE LOS AMOOO!! >///////< me encanta enserio!! GENIAL kaiko-chan!! ^.^

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